Esos planes de austeridad, según el Ejecutivo presidido por el izquierdista Alexis Tsipras, son el origen del dramático deterioro de la economí­a helena, y no su solución.

Los ministros de Economí­a y Finanzas de los otros 18 paí­ses con los que Grecia conforma la zona euro, el Eurogrupo, confirmaron a la agencia de noticias EFE que después de que Grecia rechazara su propuesta de mantener sin cambios la austeridad monetarista se levantó la reunión.

La propuesta que recibió el gobierno griego fue la de solicitar una ampliación del actual programa de seis meses hasta lograr un consenso sobre una nueva ayuda financiera.

Pero la coalición encabezada por el izquierdista Syriza ya habí­a reiterado en todos los foros que esa aceptación implicarí­a traicionar el mandato del electorado, y que no cruzarí­a esa lí­nea roja.

Desde Atenas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, informó en un comunicado de prensa que el Eurogrupo “discutió un borrador inaceptable e inadmisible sobre una extensión del rescate”, por lo que, “bajo esas circunstancias no puede haber hoy un acuerdo”, informó la agencia de noticias alemana DPA.

La televisión pública griega habí­a adelantado poco antes la falta de acuerdo durante la reunión mantenida en Bruselas por los ministros de Finanzas de la zona euro, el Eurogrupo, poco después del encuentro que discurrió en un ambiente de pesimismo.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, se habí­a mostrado hoy “muy escéptico” antes del comienzo de la reunión.

“Por lo visto el gobierno griego no se movió nada”, comentó Schauble y agregó que “como el gobierno griego no quiere ningún programa, no tengo que pensar sobre ninguna opción”.

Pero en entrevistas previas a la reunión del Eurogrupo, Tsipras reiteró lo que solicita su gobierno.

“Lo que necesitamos es tiempo para poner en práctica nuestros planes de reforma (…) Y Grecia será otro paí­s en seis meses”, dijo el mandatario griego en declaraciones al semanario alemán “Stern”.

Para poder pagar sus deudas, Atenas exige reducir el superávit primario requerido por el plan, punto que el cónclave financiero rechaza aunque el paí­s, desde el momento en que inició la aplicación del plan de rescate, viene incrementando su desocupación y reduciendo su PIB.

En un borrador que presentó al encuentro, Grecia habí­a condicionado la exitosa finalización del programa de rescate a la ejecución de los planes del nuevo gobierno. En el texto final, esta condición aparecí­a tachada, informó la agencia española EFE.
La fórmula presentada para su aceptación imponí­a a sus representantes convalidar que Grecia reiteraba su “compromiso inequí­voco de honrar sus obligaciones financieras con todos sus acreedores”.

El Eurogrupo abrí­a las puertas, después de una “extensión técnica de seis meses del actual programa”, a “trabajar en una solución posterior” en la que, insistí­a, el Fondo Monetario Internacional (FMI) seguirí­a “desempeñando su papel”.

El Gobierno de Tsipras pide a sus socios un acuerdo “puente” que sustituya de manera temporal al actual programa, hasta que logre cerrar con sus acreedores un compromiso permanente de cara al verano.

Tras mostrar su intransigencia en los puntos que son explí­citamente inaceptables para Atenas, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, declaró en rueda de prensa que “depende de las autoridades griegas decidir si quieren una extensión, si quieren aceptar la oferta de flexibilidad existente en el programa, pero también de dar todos los compromisos” solicitados por los socios.

“Creo que tenemos esta semana, pero eso es todo”, resaltó Dijsselbloem en referencia a que la parte europea del rescate vence el 28 de febrero y a los plazos para que algunos parlamentos nacionales puedan aprobar una eventual prórroga.
“Si la solicitud llegara, podrí­a convocarse un Eurogrupo extraordinario el viernes” próximo, aunque eso dependerá de la respuesta de los griegos, afirmó.

La eurozona pide a Grecia el “compromiso inequí­voco de honrar sus obligaciones financieras con sus acreedores y de garantizar la estabilidad del sector financiero”, comentó Dijsselbloem.

El Gobierno heleno también reclama sustituir parte de las reformas a las que se comprometió el anterior Ejecutivo por otras medidas como modernizar la administración para hacerla más eficiente o reforzar la lucha contra la evasión y el fraude fiscal.
La deuda griega está estimada en unos 317.000 millones de euros, el 185 % del producto interior bruto (PIB).

Los analistas creen que Atenas podrí­a tener problemas de financiación si no se amplí­an las ayudas. Muchos griegos ya han sacado su dinero de los bancos del paí­s ante la incertidumbre por la situación financiera.