El presidente norteamericano habló durante la cumbre sobre extremismo violento que se lleva adelante en Washington. Detalló cuatro puntos clave para combatir al terrorismo, entre los que se destacan el objetivo de combatir su sistema de propaganda, los factores económicos que preparan el terreno para que puedan reclutar jóvenes descontentos y los problemas políticos y sociales que surgen a raíz de su proliferación.

También insistió en criticar la idea de que Occidente está en guerra contra el Islam: “Es una mentira horrible y todos nosotros, más allá de la fe de cada uno, tenemos la responsabilidad de rechazarla”.

La Cumbre Internacional contra el Extremismo Violento que se desarrolló durante tres días en la Casa Blanca, Washington, reunió a representantes de 60 países con el objetivo de organizar una red que buscará hacerle frente al extremismo, sus causas y la radicalización de los jóvenes, en respuestas a los recientes ataques terroristas en Sydney, París y Copenhague.

Asimismo, las autoridades también buscan reforzar sus capacidades para seguir su lucha contra las atrocidades del Estado Islámico.

Otro foco de atención sobre el que se centró esta cumbre es la difusión de mensajes a través de Internet, una herramienta que ISIS utiliza no sólo para exhibir sus actos terroristas, sino además para sumar nuevos fieles a su causa.

Obama remarcó el anuncio de la creación de un equipo especial que buscará “contrarrestar la propaganda terrorista” en las redes sociales y que estará al mando de un ex asesor suyo, Rashad Hussain.

Sobre la estrategia para vencer a los grupos terroristas, más allá de las acciones militares, señaló que “los países tienen la tarea de interrumpir toda vía de financiamiento”. Se sabe que tanto en Siria -donde tomaron enormes campos petroleros- como en Libia -donde está sucediendo algo similar-, los terroristas montaron un mercado negro de venta de crudo.

En cuanto a la economía y su relación con la aparición del terrorismo, señaló que es un error igualar pobreza con extremismo, pero advirtió que “si somos serios, tenemos que enfrentar los reclamos económicos” en los países donde estos inconvenientes generan un caldo de cultivo que aprovechan organizaciones radicales.

“Cuando la gente joven se siente atrapada en comunidades empobrecidas donde no hay orden ni camino para progresar, ni salidas educativas, ni cómo escapar de las injusticias, éstas comunidades se prestan al reclutamiento terrorista”, expresó.

Además buscó impulsar las libertades y la igualdad social entre los hombres y las mujeres para evitar crear un ambiente de opresión que también colabora con la generación de terroristas. “Cuando la gente es oprimida y los Derechos Humanos son negados, cuando se silencia el disenso, esto alimenta al extremismo violento”.

Por último, sugirió también que se permita profesar la fe de cada persona sin restricciones como modo de abrir un espacio de tolerancia y paz: “Cuando se le permite a las gente practicar la Fe que eligen, esto ayuda a mantener unidas a sociedades diferentes”.

“Venimos de diferentes países, diferentes culturas y diferentes credos… pero estamos todos en el mismo barco”, concluyó el presidente norteamericano.

En el cónclave participaron delegaciones de 60 países, entre ellos ministros de Interior y Exterior. También se hizo presente el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.