@FranBagdonas

 

La semana pasada el diario La Nación  publicó una nota que tituló “Las universidades argentinas, lejos de liderar la región”. En ella se podía ver el ranking que realizó la empresa inglesa Quacquarelli Symonds (QS), en donde ubicaba a la universidad de Chile liderando las posiciones y a las argentinas promediando el puesto número 20.

En el artículo, como es de costumbre, no señalaron cuáles son los criterios que utilizó la aparentemente reconocida empresa inglesa. Por lo tanto me tomé el atrevimiento de investigar cuáles eran ingresando a su página: www.topuniversities.com.

En ésa web, por suerte, sí mencionaban los criterios de evaluación, y eran los siguientes: “Los indicadores considerados aquí incluyen evaluaciones internas de calidad de la investigación, la productividad (es decir, número de artículos publicados), y premios (por ejemplo, premios Nobel o medallas Fields )”.Luego continúa explicando que tienen un sistema de calificación de cinco estrellas; en función de su rendimiento en ocho criterios: calidad de la investigación, la enseñanza de calidad, grado de empleabilidad ,Infraestructura, Internacionalización , Innovación y Transferencia del Conocimiento , Tercera Misión y especialista en la materia.

Lo que jamás toma en cuenta este encuestador británico es el contexto socioeconómico de cada país. Es que por ejemplo Chile tiene una Universidad privada, y por lo tanto podríamos suponer que no existen problemas de infraestructura edilicia, o que en países en vías de desarrollo como Brasil y Argentina tienen más posibilidad del acceso al trabajo luego de recibirse en comparación con otras regiones más pobres de América Latina.

También en la finalidad de este tipo de encuestas el “QS” británico, aclara que el sistema de calificación tiene por objeto dar a los futuros estudiantes una herramienta adicional para utilizar la hora de “elegir una universidad”, proporcionando una visión más profunda de las instituciones. La conclusión que podríamos obtener, por consiguiente es que de toda América Latina deberíamos elegir quizás, la Universidad de Chile en primer lugar, y las brasileras como segunda opción, ambas privadas o semi públicas con cupos limitados.

Otro tema a tener en cuenta, que al parecer al diario argentino y la empresa inglesa pareció preocuparles también es el hecho de que exista un exceso de estudiantes en las Universidades. “Los altos índices de estudiantes por facultad son un problema en varias de las principales instituciones públicas de investigación en toda la región”, así dijo a la prensa el jefe de la investigación de QS, Ben Sowter.

Entonces podríamos pensar que las Universidades nacionales que son inclusivas por ser gratuitas y por atraer alumnos de toda la región latinoamericana no son tan buenas como aquellas que limitan la cantidad de estudiantes que pueden estudiar en sus instituciones, y que de hecho refuerzan la idea de que los estudios universitarios no son para todos; sino para aquellos que pueden pagarlas.