El presidente de la Corte Suprema replicó este martes las críticas de Cristina Kirchner. En el marco de la apertura del año judicial, Ricardo Lorenzetti pidió “terminar con la impunidad” e hizo hincapié en algunas objeciones realizadas por la mandataria el domingo ante la Asamblea Legislativa.
“Quiero hacer una breve referencia a la causa de la Embajada de Israel. Hubo una sentencia en el año 1999, es decir, muy anterior a la conformación de la Corte actual. Esa sentencia acordó cuál es la materialidad del hecho y quiénes eran los culpables. Encontró culpable a un grupo de Hezbollah. Esa sentencia está publicada y fue consentida por las partes. Nosotros no la podemos modificar. Es cosa juzgada”, declaró Lorenzetti ante una sala colmada. En la primera fila escuchaba el ministro de Justicia, Julio Alak.
El domingo, durante su discurso en la apertura de sesiones ordinarias, Cristina Kirchner había cuestionado a la Corte por supuestas dilaciones en el expediente que investiga la voladura de la sede diplomática, en 1992. De acuerdo a la Constitución Nacional, este tipo de casos son competencia exclusiva del máximo tribunal.
Otro cuestionamiento de la jefa de Estado apuntó contra las demoras en el denominado caso AMIA II. Allí un tribunal oral debe juzgar a Carlos Menem -y otros imputados- por presunto encubrimiento del ataque a la mutual judía. Al respecto, Lorenzetti aclaró: “La Corte Suprema no tiene ninguna competencia en este tema; no puede indicarle a un tribunal qué causa debe llevar adelante”.
Y continuó, con tono firme: “El problema es que los tribunales están saturados. Primero tenemos que pedirles esfuerzo a los jueces y lo segundo es cooperación, porque en el año 2010 se crearon los tribunales orales 7 y 8, que hubieran solucionado estos problemas, pero todavía no hemos logrado que los conformen”. “Si tuviéramos a los tribunales orales 7 y 8, no habría estas demoras en los casos AMIA y Once”, enfatizó.
En varios tramos de su discurso, Lorenzetti pidió evitar los conflictos entre los poderes del Estado porque las víctimas esperan una actitud “más madura” de las instituciones. “De nada sirve que digamos que este es un problema de uno u otro poder del Estado. ¿Por qué no pensamos en una vía más seria pensada en la cooperación para solucionar los problemas de la gente que reclama justicia?”, se preguntó.
Esa colaboración entre los poderes del Estado debe estar dirigida a “terminar con la impunidad”, suscribió Lorenzetti. “Es tiempo de terminar con la impunidad, de terminar con esos procesos que no tienen resultados, con las investigaciones oscuras que se traban y no se sabe muy bien dónde terminan. Terminar con la impunidad también significa que nos enfoquemos en los procesos y no hagamos de ellos disputas de intereses, disputa de poderes o disputas de cuestiones que son ajenas a la lucha contra la impunidad”, insistió.
La apertura del año judicial comenzó con un video elaborado por el Centro de Información Judicial. La edición terminó con un imagen del fiscal Alberto Nisman, recientemente fallecido. Antes se sucedieron varias fotos, entre ellas algunas vinculadas con los casos abiertos por violaciones a los derechos humanos.
El presidente de la Corte aseguró que todas estas personas elegidas para el video de introducción son “víctimas” de las tragedias de los argentinos. “Tenemos que mirar más allá de las caras, más allá de los problemas que se han generado alrededor de estas tragedias. Detrás de estas personas hay familias, hay dolor. Y ése es nuestro dolor”, sintetizó.
La ex esposa del fiscal Nisman, en su carácter de jueza federal de San Isidro, estuvo entre las personas que escucharon el discurso de Lorenzetti en el cuarto piso del Palacio de Tribunales. El presidente del máximo tribunal estuvo escoltado por el resto de los ministros de la Corte: Carlos Fayt, Elena Highton de Nolasco y Carlos Maqueda.
En lo que pareció ser otra respuesta a los dichos de Cristina Kirchner y de otros voceros del Gobierno, Lorenzetti aseguró que los jueces “no gobiernan ni deben gobernar”. Su función es la de “dictar sentencias” y proteger a los ciudadanos. “Somos partidarios del activismo judicial, pero lo hemos escrito en muchas decisiones: no se gobierna. Los jueces tienen muchas ideas y no está mal que las tengan. Los jueces y juezas no viven fuera del ambiente político, religioso, de creencias”, repasó.
El prestigioso jurista dedicó parte de su discurso para hablar de gobernabilidad, valores y política ambiental. Y aclaró: “No toleraremos ninguna acción extrema que ponga en riesgo el Estado de derecho”.
Lorenzetti citó al ministro de la Corte de Brasil, Antonio Benjamin, quien habla del “Estado espectáculo, que expone los problemas pero no logra transformar la realidad”. “Hay una distancia entre lo declarado y lo percibido que es muy importante, cada vez mayor, y esto afecta la credibilidad de las instituciones, porque los ciudadanos poco a poco tienen más apatía institucional”, indicó.
“Debemos hacer esfuerzo por la implementación, para que esta distancia entre lo declarado y lo percibido deje de ser tan grande. El ciudadano debe gozar efectivamente de los derechos que se dicen, se declaran, se legislan o se establecen en sentencias judiciales”, concluyó.