Por Alfonso Gonzalez
¿En realidad “se fueron” o están coqueteando en otras filas, para despertar algún celo y estímulo oficialista? .
¿Los resultados de estas elecciones primarias, no habría que interpretarlas como un estado de ánimo de la ciudadanía más que como una toma de posición estable frente a la realidad económica, social y política. Creo que nuestra gente ha desarrollado su autoestima. Quien sale del fondo de la crisis, como la estalló en el 2001 y toma conciencia de las respuestas obtenidas a sus más urgentes demandas, no se vuelve un satisfecho aplaudidor y casi irrestricto aprobador.
¡¡¡NO!!!, Paradójicamente, ocurre todo lo contrario.
El niño que ha sido abandonado por su padre, de pronto, recupera a su progenitor. Celebra haber recuperado al papá pero, a medida que comprende que ahora sí es un HIJO, con todas atribuciones y prerrogativas, no se quedará petrificado abrazando a su papá, cristalizando así el acto del reencuentro.
El pibe, tras la interrupción del abandono, comprende que su padre lo ama va asumiendo en plenitud su condición de hijo. Mientras comienza a recibir expresiones de protección, regalos, muestras cabales de responsabilidad y cuidado, el niño no puede vivir en un permanente festejo.
El lev motiv de su vida, desde el cumplimiento de su más añorado sueño, es concebir nuevos horizontes posibles.
Después de haber recuperado el cuidado y la atención de su ´papá, curiosamente, el niño NO se vuelve un infante satisfecho que vive brindando un pleno reconocimiento a esa nueva actitud paterna. Por el contrario, el recibir tanto, lo estimula a tomar una nueva conciencia de QUIEN ES y comienza a internalizar sus innegables derecho de hijo y así, comienza a demandar, cada vez, más.
Incomprensiblemente para muchos, cambia su actitud apática y resignada ante el abandono y se transforma en un militante por las nuevas conquistas. Tiene capacidad de soñar y, por ende, de demandar apoyo para esos sueños.
Sirva esta elemental analogía para abordar, desde otra análisis alternativo, qué es lo que pasó en nuestra bendita argentina. Más allá de los sectores que aún sufren la pobreza y la exclusión, mucha gente perteneciente a la clase media, ya no demanda que le permitan la sobrevivencia, ahora quiere vivir una vida plena. Vayamos por ella CARAJO; escuchemos a la gente y no nos cerremos jamás al DEBATE.
Ellos marcarán el horizonte posible y nos dirán, cual es el país con el que sueñan. Démosle forma a esa esperanza colectiva y, como en una maqueta, transformémosla en un modelo a construir.
La esperanza cuál? la de los dueños de la pelota? A veces se disfraza de esperanza el retroceso y la restricción de derechos. La esperanza o es emancipatoria o no es !
Es necesario reconocer lo que pasó sin renegar de la identidad y de las convicciones, los hijos a veces eligen contra si mismos y contra los sueños colectivos
La esperanza, no es una entidad que tenga propiedad intrínseca, existe siempre en alguien, respecto a un marco de percepciones y de alternativas. Creo que nadie puede adueñarse de la esperanza, como una irrestricta consigna colectiva. La analogía que presenta Gonzalez en su nota, creo que demuestra claramente que la esperanza, como perspectiva colectiva, depende del nivel de autoestima desarrollado. La “esperanza” de quien tiene cubiertas sus mínimas necesidades ligadas a la supervivencia y a una vida digna; no puede ser la misma que tenía antes de que pudiera disfrutar de ese nivel de estabilidad y bienestar. Para vivir, para crecer…para seguir, hay que reformular las metas, como una elocuente cristalización de los logros obtenidos. Gracias Bettina por estimularme a reflexionar.
La esperanza, no es una entidad que tenga propiedad intrínseca, existe siempre en alguien, respecto a un marco de percepciones y de alternativas. Creo que nadie puede adueñarse de la esperanza, como una irrestricta consigna colectiva. La analogía que presenta Gonzalez en su nota, creo que demuestra claramente que la esperanza, como perspectiva colectiva, depende del nivel de autoestima desarrollado. La “esperanza” de quien tiene cubiertas sus mínimas necesidades ligadas a la supervivencia y a una vida digna; no puede ser la misma que tenía antes de que pudiera disfrutar de ese nivel de estabilidad y bienestar. Para vivir, para crecer…para seguir, hay que reformular las metas, como una elocuente cristalización de los logros obtenidos. Gracias Bettina por estimularme a reflexionar.
Excelente. Adolfo Terugi
LAS NOTICIAS SON EXCELENTE.