Los vecinos del barrio de Palermo tendrán el año que viene una nueva opción comercial con el desembarco de La Salada, que a partir de 2015 operará en una de las avenidas mas importantes de la Capital Federal.

La noticia fue confirmada por Jorge Castillo, administrador de Punta Mogote, la feria más grande que opera dentro de La Salada, quien reveló que faltan detalles para cerrar la negociación que lleva adelante con los propietarios de una galería ubicada en Santa Fe 3535, entre Julián Álvarez y Aráoz.

La intención es que el negocio se ponga en marcha en el mes de marzo, luego de las vacaciones, en un espacio comercial que tiene unos 50 metros de largo hacia el interior. Al respecto, el empresario precisó que “el espacio permite instalar unos 150 locales. En cada uno se vende ropa deportiva y ropa para adultos y niños”.

“Además hay una escalera que lleva a un segundo piso, donde la idea es ubicar la parte de venta de comida. Carnicería, panadería, lo básico”, describió Castillo en declaraciones al diario El Cronista. “Nosotros vendemos el paquete de fideos a $ 5 y el kilo de pan a $ 8″, destacó.

Este modelo de negocio tendrá una particularidad: los propietarios de los locales no venderán sus propiedades sino que formaran una sociedad con el administrador de La Salada, quien también llevará las riendas de este emprendimiento comercial.

Antes de negociar con la gente de la galería palermitana, Castillo quiso desembarcar en el barrio de Recoleta: intentó instalarse en la galería Da Vinci, que se encuentra ubicada en la avenida Santa Fe, entre Rodríguez Peña y Montevideo. Sin embargo las tratativas naufragaron para satisfacción de los comerciantes de la zona, que habían expresado su rechazo rotundo a la llegada de La Salada.

“Cada local deja unos $16.000 por mes. En Capital son espacios de 8 metros y u$s3.000 el metro cuadrado porque venden mucho menos”, precisó Castillo, quien sigue con la sombra de los comerciantes encima.

El presidente de la Asociación de Amigos de la Avenida Santa Fe, José Victor Clavería, explicó que en Santa Fe, “cuando se vacía un local se ocupa muy rápidamente. Nos llama mucho la atención y nos preocupa el rumor de que se instalaría una saladita”.

La inquietud tiene que ver con la pérdida de glamour que registra la avenida desde hace años, fundamentalmente por el éxodo de grandes marcas hacia los shoppings.