La magnitud de la operación requirió que una parte equipo económico se quedara en Estados Unidos, lo que fue una decisión que se tomó sobre el fin de semana cuando el equipo económico completo confluyó en Washington para sumarse a la comitiva que encabezó Alfonso Prat Gay durante las reuniones de Primavera de la Asamblea del FMI y Banco Mundial.
De esta forma, el equipo de la Secretaria de Finanzas volvió a Nueva York el sábado para preparar la operación, y alentar hasta último momento a inversores para el ingreso de capitales a la misma.
En los últimos días, luego de que se conociera el fallo favorable al país de la Cámara de Apelaciones que avaló la orden de Thomas Griesa de levantar las restricciones que pesaban para pagar deuda externa, los bonos Discount del canje de deuda y el Bonar 2024 tuvieron una carrera alcista vertiginosa, que le permitió bajar el costo financiero en un poco más de un punto de tasa.
Con lo cual el mercado calcula que el país podría emitir a una tasa de cerca de 7,5% o menos, debido al creciente interés en papeles argentinos. Esto es aún lejos de lo que paga un país como Bolivia (más cerca de 4%) pero bastante por debajo de lo que eran las estimaciones iniciales de hace un mes, cuando se sondeaba a los bancos e inversores acerca de cuál sería el costo financiero para la Argentina, que era de 8,5%.
El viernes, el Gobierno logró un empujón más a su favor para el éxito de la colocación, tras la confirmación por escrito de la orden de la Cámara de Apelaciones favorable al país que había sido girada “desde el banco” el día anterior en la misma audiencia.
Esto permitió que, por ejemplo, la calificadora Moody’s levantara la nota asignada a la Argentina desde el Caa1 a B3, lo que sacó al país del mote del default, y le abrió la puerta a varios fondos de inversión que hasta la semana pasada no calificaban para la operación, ya que no podían invertir en papeles de la Argentina.