Sebastian Vettel conquistó ayer su cuarto título consecutivo de la Fórmula Uno luego de ganar el Gran Premio de India con la pericia asombrosa y la estrategia quirúrgica que han caracterizado su trayectoria en las pistas.

El alemán ganó de punta a punta ratificando la superioridad de su RB9, el auto prodigio de Red Bull con el que, al término de la carrera festejó a puro trompo ante los aficionados a los que luego les regaló sus guantes, los que arrojó colgado de un alambrado que separaba a los hinchas del circuito.

Vettel y su equipo Red Bull lograron el título mundial de pilotos y de constructores y de “regalo” se llevaron una reprimenda al ser multados con 25.000 euros después de la maniobra que el alemán quemara gomas en la celebración, práctica prohibida por la Federación Internacional del Automóvil.

“Debido a las circunstancias especiales, los comisarios han aceptados las explicaciones del piloto”, añadió la FIA en un comunicado.

La escudería Red Bull Racing tendrá que pagar una multa de 25.000 euros debido a que “no informaron debidamente al piloto” de que tenía que volver al “parque cerrado” tras la victoria.

En su lugar, Vettel hizo con su monoplaza varios donuts (vueltas sobre si mismo) quemando goma, práctica prohibida por la FIA, ante la tribuna principal del circuito de Buddh.