Cuatro de cada diez chicos en edad escolar está excedido de peso, tres de cada diez, tiene caries y dos de diez, presenta problemas de oclusión, es decir, no muerde como corresponde. Estos son los tres problemas de salud más frecuentes entre los chicos que van a la primaria en la provincia de Buenos Aires.
El dato surgió del trabajo que durante 2014 hizo el ministerio de Salud de la Provincia a través del Programa de Sanidad Escolar (Prosane) sobre 17.848 chicos de 6 a 12 años. Pero la iniciativa no termina en el dato. Cuando a un chico se le detecta uno de estos problemas se le consigue un turno en un hospital con el especialista que corresponda y se hace un seguimiento del tratamiento.
En rigor, durante el año pasado, los equipos de atención primaria que formó la Provincia para llevar adelante el Prosane, evaluaron el peso y la talla de 45.638 chicos en 949 establecimientos educativos. También se les realizó una revisación pediátrica y odontológica.
“Sobre ese total analizamos 17.848 y observamos que el exceso de peso se mantiene como un problema de salud prevalente, al igual que esta epidemia mundial derivada de la mala dieta y de la falta de actividad física”, explicó Luis Crovetto, director provincial de Atención Primaria y responsable de la puesta en marcha del Prosane -que es un programa nacional-, en los distritos bonaerenses.
La iniciativa, aclaró el ministro de Salud, Alejandro Collia, no se queda en el mero diagnóstico de las enfermedades. “Estamos capacitando a los docentes y hemos elaborando guías para el tratamiento de estos problema en las aulas y en los hospitales públicos de la provincia”, explicó.
En concreto, se observó que un 24,2% presentó exceso de peso, mientras que en el 18,4% se halló algún nivel de obesidad, según las curvas de medición del crecimiento avaladas por la Organización Mundial de la Salud.
Los equipos del Prosane están integrados por pediatras, odontólogos y nutricionistas, y realizan las revisaciones con consentimiento de los padres. En las escuelas primarias, tanto públicas como privadas, trabajan con chicos de primero y sexto grado, mientras que en las escuelas especiales se revisa a todos los alumnos.
“Una vez que el equipo detecta la patología, le consigue turno en un hospital público municipal o de la Provincia donde es atendido por un especialista específico, según la afección. Además, se hace el seguimiento del tratamiento hasta el alta del chico”, detalló Crovetto.
Los kilos demás generan mayor riesgo de que un chico desencadene enfermedades metabólicas como la diabetes o cardiovasculares, como la hipertensión arterial. El alto nivel de sobrepeso en la infancia preocupa a los especialistas, que ya advierten sobre la posibilidad de que esta condición reduzca la esperanza de vida de las nuevas generaciones.
La clave, explican, radica en mejorar la dieta con más frutas y verduras y menos azúcares y grasas. Pero además hay que sumarle placer al movimiento. Es que resulta inviable pedirle a un chico que camine 40 minutos alrededor de la plaza porque se aburre.
Para generar un hábito del ejercicio físico en la infancia es preciso que el chico se divierta. Así, a las horas de educación física en la escuela hay que sumarle un deporte y juegos espontáneos donde el movimiento se perciba como algo placentero.
Con esa idea, la cartera sanitaria provincial implementa también un plan llamado “Armando Salud” que ya lleva capacitados a más de 4 mil docentes para que generen actividades en el aula que promuevan hábitos saludables. El curso otorga puntaje y, para aprobarlo, los docentes tienen que presentar el proyecto que van a desarrollar en sus clases.