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El Gobierno boliviano instruyó este martes a las fuerzas de seguridad y cuerpos de rescate la evacuación inmediata de los habitantes y turistas que se encuentran en zonas de la Amazonía afectadas por la intensas lluvias que azotan al país.

El presidente Evo Morales informó que ya fue enviada una avioneta al pueblo de Rurrenabaque en la región de Beni, para trasladar a centenares de viajeros que quedaron atrapados en el lugar por las inundaciones.

Morales explicó que este miércoles dos embarcaciones llegarán a la región para evacuar a los indígenas y habitantes de las localidades que quedaron aisladas por el aluvión y no es posible el aterrizaje de aviones o helicópteros.

“Lamentablemente las inundaciones siguen avanzando hacia el oriente boliviano. Hay algunos lugares donde es imposible llegar (…) y por eso hemos decidido que mañana temprano van a salir dos embarcaciones a evacuar a los hermanos que viven en las riberas de los distintos ríos de Beni”, expresó con pesar el mandatario boliviano.

Ante la emergencia, el vicepresidente Álvaro García Linera llegó este martes al Territorio Indígena Parque Isiboro Sécure (Tipnis), una reserva natural situada en las regiones de Beni y Cochabamba (centro-oeste), para asistir a los nativos damnificados.

La semana pasada, el Ejecutivo decretó emergencia nacional por causa de las lluvias, para que las gobernaciones departamentales y alcaldías pudieran planificar la ayuda humanitaria y la inversión de recursos para atender a los damnificados.

El número de familias afectadas desde octubre, cuando comenzó la época de lluvias, asciende ya a 37 mil 600, la mayoría en Cochabamba, Chuquisaca (sur) Beni y La Paz (oeste)

Según los datos registrados por el viceministro de Defensa Civil, Oscar Cabrera al menos 31 personas han muerto y otras seis están desparecidas a causa de las lluvias e inundaciones. A esto se suma los 19 muertos por causa de un alud que sepultó a un minibus en La Paz, a finales de septiembre.

Las fuertes lluvias han devastado 14 mil 900 hectáreas de cultivos y cientos de cabezas de ganado en seis de los nueve departamentos bolivianos.