El portero, señalado como responsable del crimen de Ángeles Rawson pidió en la madrugada del sábado volver a declarar ante la fiscal María Paula Asaro para dar –según reveló la agencia DyN– un testimonio estremecedor: “Mi esposa no tiene nada que ver, no la involucren a ella en esto… fui yo”.
De acuerdo a la información suministrada por las mismas fuentes judiciales, tras esa declaración, la fiscal interrogó a Mangeri sobre qué significaba su expresión, y el portero explicó que hablaba de la muerte de Ángeles pero aseguró que lo que sucedió “fue un accidente”.
En ese momento, un secretario de la fiscalía interrumpió a Mangeri porque, ante la virtual autoincriminación, como estaba prestando declaración como testigo y bajo juramento de decir verdad, si continuaba hablando todo podría haber sido determinado nulo.
Otro dato revelador que se dio a conocer es que, si bien Mangeri se negó a declarar ante el juez de instrucción Roberto Ponce, en un momento en que ya estaba detenido y se quedó a solas con policías que lo estaban custodiando habría deslizado que golpeó a Ángeles porque ésta lo habría llamado “negro de mierda”, aunque no trascendió en qué contexto, ni por qué razón.