La curva ascendente de los morosos dentro de los clientes de tarjetas de créditos preocupa al sector bancario que ya se puso en alerta y lanzó rápidamente un plan para contener el aumento de las deudas por compras en cuotas.

Ante el incremento de usuarios que se retrasan con los pagos de sus obligaciones por los consumos realizados en el último mes, las principales entidades bancarias redujeron desde hace 60 días los límites de las tarjetas, especialmente en el segmento de menores ingresos.

También decidieron que el pago mínimo en cada resumen sea mayor, en una forma indirecta de recortar el crédito y manteniendo cautela ante la caída del salario real, publica el diario Ámbito Financiero.

Frente a este escenario, que tuvo su pronunciación entre abril y mayo, algunas grandes entidades del sistema resolvieron en estas semanas aplicar una lista de acciones preventivas sobre el financiamiento que otorgan a través de sus tarjetas de crédito que incluye, además de los mecanismos mencionados anteriormente, eliminar descuentos y beneficios en rubros determinados; y activar las clásicas prácticas de “mora temprana” para evitar los atrasos en los clientes más desprolijos, como los llamados telefónicos y recordatorios que envían a través de los resúmenes de cuenta.

Referentes del sector consultados por el matutino atribuyeron la mayor proporción de morosos a la inflación, la caída del empleo y la demora en la definición de las paritarias.

En algunos casos, la reducción de los máximos de compra y financiación aplicada se ubicó entre un 15% y un 30% del monto que disponían determinados usuarios hace más de dos meses. Por la misma razón, en esas mismas entidades también resolvieron un aumento en el porcentaje del pago mínimo que deben afrontar estos clientes sobre el importe total a pagar.

Otra de las estrategias que activaron los bancos para evitar el avance del endeudamiento es el ofrecimiento de préstamos personales para esos usuarios morosos. La propuesta les permite a las entidades, además de cancelar el compromiso, volver a refinanciar estas deudas a tasas de interés que no están reguladas, hasta ahora, por el Banco Central.