En una maniobra digna de una película de acción, un menor de edad rompió un vidrio, trepó por una reja y se metió en un local de telefonía celular, de donde finalmente huyó con 35 mil pesos en equipos, la mayoría de última generación.

El audaz golpe ocurrió ayer en 8 entre 55 y 56, a pocos metros del edificio donde funcionan los tribunales penales de nuestra ciudad.

De acuerdo a lo que constató la empresa de seguridad privada que monitorea ese comercio, el ingreso se registró a las cinco de la madrugada.

Se sospecha que habría sido un solo ladrón el que entró al negocio, pero que contaba con apoyo externo.

Carolina Alday (26), la propietaria del comercio “Smart Phone”, le contó a EL DIA que “me imagine lo peor. Se llevaron bastante, pero pensé que no iba a encontrar nada de nada”.

“Es la primera vez en dos años y medio que me roban. Pero en el barrio, desde hace un tiempo, están robando bastante. Ahora me tocó a mi”, se resignó.

Al parecer, los ladrones primero tiraron una pedrada contra los vidrios del frente del local y esperaron unos instantes para saber si la alarma se activaba. Y como no pasó nada, al menos uno de ellos trepó por la reja y se tiró adentro del salón de ventas.

Alday reconoció que “había gotas de sangre”, lo que explica que el precoz delincuente se lastimó.

Lo que todavía no se conoce a ciencia cierta es cómo hizo para salir.

“Tal vez se pudo trepar de alguna forma, para escapar por el mismo lugar, o desde arriba lo ayudaron a subir”, conjeturó un vocero policial.

El empleo de una escalera es una hipótesis que tampoco se descarta, pero que, en principio, no tendría mucho sustento, ya que no apareció evidencia en ese sentido y se presume que los asaltantes escaparon a la carrera.

Todo habría durado cerca de 10 minutos y, si bien los sistemas de seguridad de activaron, al registrar movimiento dentro de la casa de telefonía celular, nada impidió que escaparan con todo el botín.

Se supo que también robaron parlantes, joysticks y cargadores portátiles, entre otros elementos de valor.