Una pareja de Tennessee, en los Estados Unidos, fue condenada el lunes pasado a 35 años de cárcel tras declararse culpable por el asesinato de su hija, quien murió en 2012 víctima de una inflamación en el cerebro provocada por consumir casi dos litros de gaseosa y agua forzada como penintencia por tomarse las bebidas reservadas para los adultos en la casa.

Randall Vaughn, de 42 años, y su mujer Mary Vaughn, de 59, se declararon culpables de asesinato en segundo grado y negligencia infantil tras la muerte de la hija del hombre, Alexa Lindboom, falleció en enero de 2012 tras dos días de agonía, informó el sitio New York Post.

Según el testimonio que presentaron en febrero pasado los otros cuatro hijos de Randall Vaughn, la pareja obligó a la pequeña de cinco años a tomar casi dos litros de gaseosa de uva y agua en el lapso de dos horas como castigo por tomarse dos latas de la gaseosa.

La pequeña fue internada de urgencia en un hospital de la ciudad de Johnson, Tennessee, donde los médicos detectaron una inflamación del cerebro producto de la cantidad de líquido que había consumido.